The Expendables

Sí amigos, es verdad, Silvester Stallone ha reunido en una película a un elenco de matones de los 80, los 90, y de…  bueno… de la primera década del siglo XXI (hay una palabra para esto?). En fin, vamos a ver qué ha salido de tan explosiva mezcla.

El argumento

Hoy me niego a dar referencias, porque sobran las palabras, así que vamos con el argumento. Barney (Stallone), el señor navidad (Statham), Ying Yang (Li), Gunner (Lundgren) y Toll (Couture) forman una banda de soldados a sueldo, también conocidos como mercenarios. Su último encargo consiste en  derrocar a un dictador sudamericano, el General Garza (David Zayas) y al hombre que lo controla, Munroe (Eric Roberts). La misión parece suicida y deciden rechazar el encargo, pero en el último momento, una mujer  hará que todos ellos se jueguen la vida para cumplir este último trabajo.

La crítica

Qué grande es el cine y qué grande es el señor Silvester Stallone. Cuando el cine de mamporros está casi proscrito en nuestros días (la violencia y la sangre parece que sólo se justifican en pelis tipo medievo o de romanos),  aparece este hombre y se saca de la manga una peli de palos ochentera total y no sólo eso, sino que el hombre se permite reunir a todos los gorilas de ayer y de hoy en la misma cinta. Tipos con los que todos,  y digo TODOS (que nadie se esconda u avergüence), hemos echado sin duda algunos buenos momentos. El resultado es bastante predecible, sin duda. Argumento justito, porque tampoco hace falta más. Diálogos de pocas palabras, con momentos de humor facilón que acompañan. Metraje cortito. Y tiros. Y palos. Y explosiones. Y saaangreeee. Pin pan toma Lacasitos y zas en toda la boca. Poco más de hora y media de acción seguida que si bien no nos sobrecoge, ni nos emociona, ni nos hace reflexionar sobre el cosmos, sin duda nos entretiene que es lo que la mayoría de las veces quiere el público. Sin tanto giro de guión, argumento sesudo,  efecto especial 3D o bolsa pretenciosa volando en un remolino. Lo que viene siendo una peli de acción como mandan los cánones.

El resultado

Me reitero. Película de acción al más puro estilo homenaje a cintas que han llenado cines durante décadas y que ahora parecen proscritas por políticamente poco correctas o algo así. Un género que nunca debe desaparecer.