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The international (Dinero en la sombra)

The international (Dinero en la sombra)

Los bancos son muy muy malos y lo controlan todo. ¿Todo? Todo no. Esta es la nueva propuesta del director de El perfume, historia de un asesino.

El resumen

Louis Salinger (Clive Owen - Hijos de los hombres) es un agente de la interpol que investiga las turbias artes del banco IBBC, sospechoso de tratos con terroristas. Eleanor Whitman (Naomi Watts - Promesas del Este) es una agente del FBI que colabora en la investigación. Cuando el compañero de Salinger muere y el banco parece salir de nuevo impune, el agente decide acabar con el banco. Por las buenas o por las malas.

La crítica

Un thriller de acción/intriga del siglo XXI (no sabría como catalogar esta peli) que pretenda hacer buenos números en taquilla tiene que ofrecer más. Y es que el resultado de esta cinta es bastante pobretón y como consecuencia bastante aburrido.

Para empezar, la propuesta del director Tom Wynker (no me atraía El perfume y ahora tengo más motivos para no verla) es bastante simplona. Vamos, que no nos vamos a llevar ningún sorpresón ni nada. Todo es bastante plano y previsible. Ahora bien, la pobreza argumental no es sinónimo de fracaso necesariamente. Para todo hay soluciones. Basta acudir a los maestros, como Michael Bay y Tony Scott para encontrar ejemplos de argumentos justitos que producen resultados pasables: Dos policías rebeldes II por ejemplo. Y es que unos buenos efectos especiales bien colocados puede deslumbrar un poco al espectador y hacerle olvidar que se está aburriendo. De camino, las explosiones nos sacan de nuestro amodorramiento. Y mira que esta peli es también susceptible de unas buenas tomas de helicóptero-zooms-giros-de-camara made in Scott. Pues no. Nada de nada. Más pobreza. Si añadimos la agente del FBI menos creíble de la histora (no creo que Naomi Watts haya matado siquiera a un mosquito en su vida) y un Clive Owen venido a menos (alguién recuerda el último filme bueno de este tío?), el resultado es que esta cinta no hay por donde cogerla y sin poder evitarlo nos sumergimos en un profundo sopor del que sólo nos sacan las luces de la sala cuando ya se han terminado los créditos.

El resultado

Con precios desorbitados en las entradas y crisis por las esquinas los espectadores deben volverse muy exigentes, y en esos casos títulos como este no van a ninguna parte. Señores de la SGAE que tanto se quejan del pirateo, no están los bolsillos para pedirle a una persona 7 euros por una entrada. Con dos entradas me compro la peli directamente y me la llevo a casa.

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