Beowulf

A finales de 2007 se estrenó Beowulf, otra incursión de Robert Zemeckis en el mundo de las películas de animación, tras Monster House y Polar Express. En esta ocasión, el director apuesta por un argumento dirigido a un público adulto. ¿Cuál será el resultado en esta ocasión?

El argumento

En el 507 DC, el reino del rey Hrothgar vive amenazado por una bestia demoníaca llamada Grendel. Como última salida, el rey ofrece una recompensa por la cabeza de la bestia, que atrae al último de los héroes, Beowulf. Acompañado por sus bravos guerreros, el héroe se enfrentará con la bestia para descubrir que esta no es el único peligro que se cierne sobre los aterrados habitantes de esta desolada tierra.

La crítica

La verdad es que en su momento, la combinación de la animación y el argumento me echaron bastante para atrás y finalmente no acudí al cine a ver esta cinta. Fue el otro día cuando arrastrado por algunos buenos comentarios (de acuerdo, algunos sobre el personaje de Angelina Jolie) me lancé a ver la película no sin ciertos reparos.

Ciertamente lo mejor de la película es el argumento, basado en un poema épico escrito alrededor del siglo IX. La adaptación de Zemeckis es buena, sin dejarse llevar por el heroicismo gratuito, ni la exageración, ni los efectos especiales (dejando a parte, claro está, que es una cinta de animación). La cinta resulta entretenida en todo momento y eso a pesar de la duración del film, 115 minutazos que son muchos para una cinta de estas características. La música de Alan Silvestri no está mal y acompaña correctamente la acción.

Lo que menos me ha gustado, por el contrario, es precisamente lo más importante del film: la animación. Se puede decir que la peli está bien a pesar de el formato en el que se ha filmado. La animación debería permancer en su sitio, es decir, como parte de las intros de los videojuegos de última generación, pero nunca debería pensarse que puede sustituir a los actores de carne y hueso. Y eso que hay que decir que los muñequitos están muy bien hechos (especialmente del de Angelina Jolie (Tomb Raider), permitidme que insista en este punto). Anthony Hopkins (Hannibal) y John Malkovich (Con Air) son perfectamente reconocibles, no tanto Robin Wright (Forrest Gump) o Ray Winstone (Beowulf). Pero por muy bien hechos que estén, son sumamente inexpresivos y nunca nunca nunca pueden transmitir las mismas sensaciones que un actor real. Espero que Zemeckis se esté preguntando qué le habría salido si se hubiera gastado la pasta en actores y localizaciones reales en lugar de una legión de diseñadores gráficos.

El resumen

Una cinta llena de posibilidades que se queda en una buena opción para sacara del videoclub, pero que planteada de otra forma habría podido encontrar su sitio junto a otros grandes como Gladiator o Braveheart. Habrá que seguir esperando a que el señor Ridley Scott se anime de nuevo.